Una hinchada de primera
Desde sus inicios, Sociedad Deportiva Aucas ha tenido en su hinchada el pilar fundamental sobre el cual ha cimentado su gran historia. Desde que el ídolo de Quito hizo su aparición en el fútbol capitalino, ganó la aceptación y el cariño de la afición quiteña y de la provincia de Pichincha. Era común en la década de los años 40, ver el Estadio del Arbolito lleno hasta el tope, con la hinchada apoyando fervientemente al equipo. Las reuniones pre y post partido se realizaban en el Bar del “Chulla Pérez”, quizá el primer auquista famoso, ya que en ese tiempo, era imposible que alguien en la ciudad de Quito no lo conociera.
Personajes trascendentales manifestaron su afición por Aucas. El cinco veces presidente de la República, José María Velasco Ibarra, fue un confeso simpatizante del ídolo del Pueblo. El recordado cantante del Dúo Benítez y Valencia, Luis “Potolo” Valencia, también fue otro de los afamados hinchas de Aucas durante la era dorada de nuestro club.
En los años cincuenta y sesenta, en Quito era famosa la frase “Jesús del Gran Poder, Velasco Ibarra y Aucas”, haciendo referencia a los símbolos de la quiteñidad de la época. Periodistas deportivos como Carlos Efraín Machado, Carlos y Oswaldo Rodriguez Coll, el “chino” Carrera son otros íconos de la afición oriental. El listado es largo y sería interminable mencionar a todos quienes desde su ámbito aportaron para hacer del Aucas un plantel de grandeza.
Hace exactamente un año, Sociedad Deportiva Aucas levantó el título de campeón, marcando así el inicio de una gran historia de generaciones de hinchas que habían soñado con ese momento. Lamentablemente, no todos lograron presenciar ese instante único, pero estamos seguros que, desde donde estuvieron, nos apoyaron para lograr dicho objetivo.
Hoy, escribimos una nueva crónica y la hinchada es nuestra razón de ser, el compromiso es con ustedes, los que estuvieron, los que están y los que vendrán.
Gracias siempre por ese apoyo invaluable. Juntos construiremos una nueva historia. ¡Que viva el Aucas!